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ADICTA AL CAFÉ…   1 comment

Todo empezó, porque todas las cosas deben empezar en algún lugar, varios años atrás, pero se acentuó en mi época de universidad, y no le daba importancia porque ¿Cómo podría ser algo malo? y seguí como si nada.

Era extraño como cada día se me hacía insuficiente una taza, y poco a poco se convirtieron en dos y luego tres.. y finalmente cuatro, de café muy negro con poca azúcar… ese aroma… ese sabor medio agrio en el paladar… era una maravilla… hasta que…

Hace un poco más de medio año, tras mi chequeo médico de rutina surgió un problema en mi densitometría: Osteopenia en las lumbares, y empezó el interrogatorio: Ehmmm bueno camino como el promedio en general a veces un poco más… ¿Leche? No, tengo intolerancia a la lactosa, pero tomo la de soya… ¿Peso? no, rara vez cargo coss pesadas (para eso se crearon los hombres XD)… ¿Corticoides? si, los necesarios para mantener mi artritis controlada… ¿Café?… un momento ¿Qué tiene de malo el café?… ¿Cuántas tazas? Tres a cuatro… no a la semana, al día… ¿Cómo?… espere no le estoy entendiendo, puedo hacer el sacrificio de caminar un poco más, y también el de tomar leche (aunque me revuelva el estómago) pero… ¡NO PIENSO DEJAR EL CAFÉ!

Luego de treinta minutos de discusión absurda (desde culpar a los corticoides en minidosis y a la dieta tradicional de mi país) el médico no cedió… los corticoides son parte fundamental en mi vida a esas dosis tan pequeñas no pueden maltratar tanto… pero en combinación con mi sedentarismo y mi adicción al café… ¡PAREN EL MUNDO! ¿Yo adicta al café?

Fue inútil intentar disuadir a ese hombre con título de médico de lo contrario… y entonces al volver a casa empezó mi encrucijada… tenía que dejar el café… y mi amor p0r la cafeína. con pesar y mucho dolor intenté dejar de beberlo… no era sencillo considerando que vivo con otras 3 personas cuyos exámenes médicos no les impiden saborear ese anhelado amargor… y me conformaba con olfatear a hurtadillas la fragancia que emanaban sus tazas… sí que era duro…

Como al tercer día empezó a ocurrir algo extraño conmigo… me sentía molesta por todo, lo primero que pensé es que seguramente pronto estaría en mis días, pero dos días despúes dejé de dormir. Lo primero que pensé fue que tal vez había entrado en un proceso de «depresión» por haberme privado tan súbitamente de ese placer llamado café… y por alguna razón empecé a tomar bebidas oscuras (osea, COLA) y mi sueño volvió… temporalmente.

Tras una semana de creciente necesidad de beber sodas con cola decidí que era hora de parar… y esta vez fue peor… estaba ansiosa, irritable… desesperada y no pude más: Corrí a la cocina y me preparé al taza de café más cargada que tomé en mi vida… y luego todo volvió a ser igual de bello y perfecto, otra vez.

Después de esa recaída, empecé a buscar sustitutos de la cafeina y reinicié la cruzada por recuperar mi independencia de esa bebida, no ha sido fácil (fue más facil dejar el chocolate que el café… porque todavía no he sido capaz de dejarlo) pero creo que poco a poco lo conseguiré.

La moraleja de esta historia es… bueno, esta historia no tiene moraleja ni pies ni cabeza, es solo que me dio ganas de escribir algo y nada más, solo recuerden: Cuídense del café, y si van a tomarlo, hagan ejercicio y beban leche.

kisses

Maryeli

😛

Publicado noviembre 8, 2009 por maryeli en VIDA

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